@MitoDona – Recuerdo muchas veces haber conversado en Venezuela, con varios grupos de colegas, el como nos sorprendía que tantos equipos profesionales, ligas y federaciones, no tuvieran estructuras profesionales de manejo de sus marcas.
En aquel entonces, aunque no creo que haya variado mucho, el número en el que coincidíamos era que cerca del 80% de las franquicias profesionales no tenían departamento de mercadeo.
Era un mal generalizado que todo lo relacionado al área comercial de una franquicia deportiva, lo manejara directamente el dueño o en su defecto algún sobrin@ “que está estudiando algo de eso”.
Mi sorpresa es comprobar como en Centro América, el número es más o menos igual. De hecho, las excepciones siguen siendo los 2 o 3 equipos principales de cada país. E incluso en algunos de esos casos, se nota claramente como las estrategias que deben girar alrededor de una marca deportiva, no están entre las prioridades o siquiera el conocimiento de los directivos.
¿Vale la pena entonces hablar en nuestra región de construcción de marca? ¿De enriquecimiento de la experiencia del fanático? ¿De agregar valor al nexo del fanático con su equipo?
Yo estoy totalmente seguro que si. Sin embargo, la realidad económica de muchas de estas franquicias e incluso de sus mercados más próximos, puede estar distante de las acciones más frecuentemente utilizadas.
Esto sólo debe empujar a los equipos a racionalizar y priorizar qué deben y necesitan hacer, versus lo que los fanáticos esperan que el equipo haga. No se trata de hacer oídos sordos ante las solicitudes de los fanáticos. Todo lo contrario. Se trata de escucharlos con máxima atención, para poder darles valor en un área sensible, dentro de las posibilidades del equipo.
Sin duda ese enfoque nos alejaría de equipos profesionales de fútbol o béisbol contando posteos en Instagram o interacciones y luego exponiendo esos números como un logro. Y nos acercaría más al papel higiénico en baños limpios, que siempre recuerda la profesora Pily Modroño, como ejemplo del querer hacer la diferencia.
Y es que en mi opinión, en la mayoría de los casos, el agregar valor pasa por lo más sencillo. Especialmente cuando se trata de equipos o federaciones pequeñas. Por eso, el objetivo tiene que ser igual de claro o simple. Resolver un problema a la vez. Y que esa solución esté centrada en agregarle valor a tu fanático.
¿Ya identificaste que el 70% de los abonados de tu equipo creen que los baños del estadio son un horror? Listo. Haz que la limpieza de los baños y el servicio continuo en los mismos, sea una prioridad durante los partidos. Mide la opinión en los fanáticos. Haz de ese proceso una oportunidad de contenido y comunicación con tus abonados. Que sean protagonistas de la solución. Y construye sobre esto para fidelizarlos.
¿Qué opinan? Espero sus comentarios aquí o en @MercadeoDvo